[Solo] Cacería de Lobos!

La única luz que se encontraba encendida era la de la luna que alumbraba mi camino, el frío de la madrugada abrazaba mi cuerpo, mis ropas ajustadas se mezclaban con mi cuerpo sintiéndome desnudo, pero sin duda era el anochecer mas perfecto para encontrar caninos sedientos de sangre, el reloj de la plaza marcaba la una del dia siguiente, muchos dormían, mas yo... Afilaba mi espada y me preparaba para una noche de casería, bosque adentro la brisa era agradable, la obscuridad y el cantar del viento al cruzar por las ramas de los arboles eran tan tranquilizantes y la luz de la luna que hacia de mi caminar lo mas seguro, el sonido de los insectos y la frescura de la tierra me daban confianza al andar, mis ojos ya se acostumbraban a la noche y mi cuerpo al frío ambiente que rodeaba el bosque, miraba a mi alrededor pero al parecer no había rastro de algún animal salvaje cerca, note entonces que aun no me encontraba lejos de la ciudad, saque de mi bolsillo unas golosinas y comencé a saborear mientras seguía caminando; los arboles cada vez se hacían mas altos y la luz lunar iba desapareciendo y opacando mi camino, la inseguridad empezaba apoderarse de mi, cada paso que daba se iba haciendo cada vez mas lento y para asegurarme de mi caminar subí a la rama de un árbol y observe el panorama, todo estaba despejado pero sentía una acorazonada de que pronto me encontraría en una emboscada de lobos sedientos de sangre y hambrientos de carne fresca. Tratando de evitar los malos pensamiento y mantener la calma, me recosté sobre aquella rama mirando hacía abajo, para mi buena suerte mi objetivo venia hacia a mi, no tuve que tomarme la molestia de buscarle y como supuse a cierta distancia se encontraba sus demás camaradas.
Solamente necesitaba diez de sus pelajes, solamente diez de ellos, pero para mi mala suerte ellos eran mas de los que necesitaba, la intuición de esos animales me sorprendía; deje caer un trozo de carne cruda y efectivamente su excelente olfato reaccionaba a la trampa que le había tendido, dirigían sus afilados dientes hacia el trozo de carne, se acerco uno mientras los demás se mantenían en espera, pero el canino astuto tomo la carne y huyo del lugar brincando y escondiéndose entre los arbustos mientras los demás le siguieron, -Vaya, Vaya esto sera problemático!- me iba acercando tras ellos esperando el momento perfecto para atacar, pero a sus oídos no les podrás esconder nada ya que notaron enseguida el sonido de mis pasos y cambiaron su formación dejándome acorralado en un circulo rodeado de arboles y arbustos, escondiéndose tras de ellos y esperando para atacarme. El ambiente se torno a mi contra rodeado entre unos quince o veinte lobos salvajes, listos para devorar a su presa, sus miradas brillantes acechaban entre los matorrales, los gruñidos se hacían mas fuertes mientras ladraban un tras otro, me mantenía firme con el pie derecho atrás y el izquierdo por delante, las manos en la cintura sosteniendo la empuñadura y la funda, -¡Estoy en problemas!- musitaron mis labios mientras el primer valiente salto sobre mi con la mandíbula bien abierta, lo suficiente como para arrancar mi brazo, entre tanto que los demás corrían hacía mi de diferentes direcciones dejando todo mi cuerpo al descubierto y mostrando todos mis puntos débiles, cerrando mis ojos espere.... ¿Mi fin habrá llegado? ¿Cuantas cosas no podre hacer si todo acabara aquí?*. Preguntas raras y pensamientos tontos pasaban por mi pensamiento, preocuparme por cosas triviales no eran lo adecuando para la situación en la que me encontraba, abriendo los ojos desvaine suavemente la espada de mi cintura, sin darles tiempos comencé a mover la espada tan rápidamente formando una barrera impenetrable a mi alrededor mientras los caninos iban cayendo uno por una al suelo soltando el pelaje cual estaba buscando, venían unos tras otro tratando de lastimarme de manera desesperada, sin embargo no podían acercarse y si lo hacían morirían igual que sus compañeros; los únicos que quedaron se dieron la espalda y asustados huyeron, -Kah! Jamas estiraría la pata en un lugar así, lobos estúpidos!- dije.
Recogía lo que necesitaba pero algo me incomodaba en la pierna, al tocarla sentí algo húmedo y frío, al llevar mi mano hacia mi mirada, un rojo oscuro y cristalino se escurría por mi dedos, fue cuando note que uno de ellos apenas logro lastimarme, en mi pierna se encontraba la marca de sus colmillos, enseguida amarre sobre la herida para evitar alguna hemorragia y eche alcohol aguantando el ardor, tome una gaza de mi mochila y cubrí la herida para evitar alguna infección, al levantarme mire el suelo girar, había perdido bastante sangre, la barra de vida se encontraba de color amarillo, tome un frasco con una posión y la tome estabilizando equilibrio, el reloj marcaba las tres aun faltaba otras tres horas para que amanezca, no me quedo mas que subir a una rama y tratar de descansar ya que si me quedaba abajo los lobos podrían regresar y devorarme, enseguida dormí cubierto entre mi sabana.
Las aves cantaban, la luz solar acariciaba mi rostro y el panorama verdoso le daba vida a aquella zona de crimen; baje del árbol, mi herida ya había cicatrizado, mis músculos tenían la fuerza suficiente para caminar toque cada parte de mi cuerpo para ver si no había alguna otra herida y habiendo confirmado que todo estaba bien, emprendí camino a casa.