Bloodstained black rabbit, Alice~

Alice Baskerville

Descripción psicológica

Gracias a su personalidad se la podría categorizar como alguien tsundere. Pareciendo ser fría y ruda ante el resto, de actitudes impulsivas y testarudas, no suele llevar control de sus palabras y no mide antes de hablar, tampoco piensa en las consecuencias que esto pueda llevar lo cuál la definen como una persona complicada. Debido a su mal carácter, que es enérgicamente agresivo tanto como verbal acostumbra llevarse de manera pésima con la gente. En ocasiones tiende a ser un poco arrogante, valiente en su manera de comportarse y algo soberbia, con aires de superioridad y mandamiento. La mayoría de las veces suele hablar con un tono alto, aunque ella no lo note, suele pasar rápidamente de esto a estar gritando, lo cuál ocasiona que en un sin par de veces quieran hacerla callar. Más odia dejarse dominar y cada orden que le sea enviada si ella siente que va contra sus principios la rechazará de mal modo, ocultándose bajo el concepto de "Yo decido que hacer y tu no eres quién para ordenarme". También habitúa usar mal los términos con los que trata a las personas, molestándose fácilmente hasta el punto de estallar. Cuando lo hace, suele ser algo ridículo y gracioso a la vez, pues normalmente gusta de discutir por temas sobrellevados o que no valen tal desacuerdo. Cuando considera que algo o alguien le pertenece tiende a celarse con facilidad y todo su empeño en mantener la calma se rompe, aunque muchos pensaran que a quien le tomas cariño debes de tratarle correctamente, ella hace todo lo contrario. Sin dejar de lado sus bromas sin sentido, mal comportamiento, o su impetuosidad. En cambio suele volverse mucho más dócil, después de todo ella no es una mala persona. Y bajo ese carácter fuerte e indestructible que ella hace ver se esconde alguien sensible, que se deja llevar fácilmente por sus sentimientos y que se siente lastimada con rapidez. El punto más detestable para ella es la soledad, luego de haber estado tanto tiempo a falta de cariño dentro de su niñez odia con todas sus fuerzas que a quienes ella quiere la dejen de lado. A lo que le cuesta transmitir estos sentimientos, suele responder a la defensiva y de manera cortante. Esperando que sepan entender que sus palabras no son en verdad sus emociones. Por sobre todo es muy amable, aunque su orgullo en ocasiones suela confundir un favor con una forma de demostrar su grandeza. Palabras tales como "Gracias" y "Perdón" son las que más le cuesta nombrar, armando un espectáculo para si misma donde la presión le puede más que nada, pocas veces logra completar estas mismas. Es fácil salir engañado por su extravagancia y egocentrismo, quedando nulo a quién en verdad es, sólo hace falta jalar un poco de la cuerda y animarse a conocerla para darse cuenta que no todo esto es lo que parece.

Descripción Física

Historia

Los comienzos:
Volodymyr padre de Alice, un hombre joven y maduro de alto nivel social y económico, conservó por siempre su puesto bien respetado en el afamado mundo de los negocios y el contrabando. A simple vista podría verse como una persona que aspira a los mayores tesoros y carece de orgullo, totalmente amable y considerado con los rangos de sociedad que se encuentran bajo él pero, han de poder imaginarse que se trata de todo lo contrario. Este muchacho de tan solo 28 años de edad que podría comenzar a fluctuarse en el equipo laboral de su empresa no era nadie más que uno de los mayores contrabandistas e indeseados en Australia. De mente cerrada y reducida, para él sus creencias eran la única verdad y nada más podría contra ello. Además, tenía la mala costumbre de actuar con la violencia, su mejor aliada. Especialmente a las mujeres y a los niños, a los que trataba con desprecio y manipulaba haciéndoles creer que su vida había sido desganada. Jamás pudo llegar a tener la razón y con lamento le han perdonado un trillar de veces, sin merecerlo siquiera se desconoce la razón por la cuál esta horrenda persona pudiese ser así. Con tendencia al robo, la violación, el narcotráfico, el exceso de ventas a lo que hacía llamar remedios y soluciones frente a grandes enfermedades no eran más que drogas alucinógenas y destructivas. Se preguntarán ¿que hay de bueno en esto?, ¿o a qué quiero llegar? Pues verán.

Al cumplir los 29 años de edad al irrazonable hombre le fue concedido el deseo de encontrar a quién era para él, una mujer de no tan altos recursos, que bajaba y subía económicamente tal como lo hacía una montaña rusa al igual que sus emociones pero más bella que una pradera de flores bajo el sol de primavera. Esta pelirroja mujer de gran feminidad y grandes deseos era más un alma pura e inocente a diferencia del muchacho. Pero eso no bastó, Samantha calló en los engaños del contrario y se enamoró de él cuando todo eso era tan solo un sucio juego de Volodymyr para poseer la, cumpliendo su meta, ambos jóvenes se casaron y convivieron de buena manera durante tres años. El hombre comenzó a sentirse atraído poco a poco por la enamorada y así fue dejando atrás cien maldades hechas en un pasado. Cuando empezaron a notar la calma que la muchacha le estaba generando como si fuese un encantamiento, todo calló abajo nuevamente. Pero no era igual al antes, Volodymyr se encontraba mucho peor, adentrándose en la depresión y al auto-daño emocional y físico. También comenzó a acechar y abusar de su esposa, lastimando la también a ella la mujer intentó escapar de su casa, en un acto fallido por hacerlo fue atrapada por él a lo que recurrió a encerrarla en el sótano de la casa, sin cuidado o alimento, solo bajaba por ella a encuentros sexuales. La mujer estuvo al borde del suicidio, no queriendo vivir de esa manera teniendo un espíritu libre al que acababa de darse cuenta que se le había arrebatado, tuvo la errónea idea de que si quedase embarazada y trajera un niño al mundo la felicidad recobraría en su matrimonio. Fue así como por un par de meses Samantha cambió sus medicamentos y esperó toda noche a la presencia del esposo cuyo no la amaba, tras 7 meses de intentarlo comenzaron a aparecer los síntomas. Aún con todo el dolor que ella sentía, se encontraba feliz pues tal vez él volvería a quererla de esta manera, o encontrarían una razón para volver a ser lo que antes. A medida que pasaban los meses Volodymyr logró descubrir el secreto de su amante, aún no siendo la reacción esperada, el muchacho sonrió y comenzó a llorar abrazando a su esposa. Luego de ello asistieron a todos los controles y ella fue despojada del sótano, todo iba como Samantha lo había deseado, al parecer su hábil idea había funcionado.

El nacimiento:
Una vez terminó el período de gestación se dirigieron rápidamente hacía el hospital donde la joven rompió bolsa dando a luz a su pequeña niña. Fue ahí cuando su padre decidió nombrarla como Alice en honor a su madre, milagrosamente la chica había nacido sin ningún problema aparente y se encontraba en muy buen estado, procedieron los doctores con su trabajo y en el momento que se le fue dada el alta a la nueva madre primeriza se dirigieron con la nueva integrante hacía su hogar. Todo resultaba tan bien, las ilusiones de Samantha surgían como no podían hacerlo mejor, ella volvería a sentirse amada por su esposo y ahora con este nuevo integrante de la familia podrían tener un nuevo comienzo con nuevas posibilidades. Lastimosamente, no existía un final feliz para esta pareja, después de todo.. solo se trataba de una ilusión, una mentira.

Feliz cumpleaños, Alice:
Las campanadas de la iglesia podían escucharse a lo lejos, el sol estaba bajando, risas de niños y faroles iluminados, había un cálido ambiente sobre la mesa familiar y en esta se encontraba un gran festín para conllevar acabo el cumpleaños número cuatro de la niña. Ella sonreía levemente mientras veía jugar a sus compañeros desde una esquina, a lo que su madre notó este hecho gestó ciertas señas para que se acercase y esta correspondió. "Hija mía, ¿te encuentras bien?" Preguntó pues había llamado su atención, la niña se encontraba parada sobre un punto fijo desde hace ya varias horas tan solo mirando a sus compañeros de clase lo cuál era preocupante. Alice se limitó a asentir con la cabeza y sonrió dulcemente para su madre sin lograr cambiar los gestos faciales de esta. La pequeña se sentó sobre la falda de su madre y rehusó a moverse, consintiendo la de esta manera hasta que acabó el encuentro familiar, los llegados comenzaron a retirarse y poco a poco fueron quedando solo los Baskerville. Fue ahí cuando la pelirroja se dirigió a su padre con el semblante serio y le dijo con frialdad "Sé lo que le haces a mamá, basura." Y escupió sobre el rostro del hombre, a lo que este la tomó de las ropas y abofeteó su rostro cruelmente. La niña comenzó a llorar a causa del dolor que le provocaba más como esta caía sobre el suelo mientras él se dirigía a su madre a gritos "¿¡Qué le dijiste a mi hija!? ¡Eres una perra!". La dama comenzó a correr intentando huir de su marido que la acechaba cuyo tenía un arma en manos, la pequeña Alice se levantó como pudo y comenzó a caminar en mareos y llanto hacía ella repitiendo su nombre "Mamá, mamá...". La mujer señaló a su hija que no se acercara y escondiese de él, a lo que la niña tomó fuerzas y emprendió huida fuera de la casa con la esperanza de que su madre estuviese bien. Al par de horas Alice logró sentir una caricia sobre su mejilla mientras su cuerpo descansaba bajo un árbol, abrió los ojos con lentitud despertándose y tuvo la escalofriante vista del rostro de su bella madre totalmente pálido más la sangre derramada sobre sus manos. Esta se le quedó viendo paralizada y llevó su zurda a la mejilla de su madre, susurrando su nombre. La herida tomó a su hija en brazos y la cargó de vuelta en casa sin ningún tipo de plática. Al llegar se dirigieron a su dormitorio y la muchacha comenzó a hacer las maletas, Alice confundida le observó caudalosamente y remitió "¿A donde iremos mamá?" La dama le miró y sonrió dulcemente queriendo transmitirle que todo estaría bien. Acto seguido tomó las maletas y se dirigió al cuarto de la niña en el cuál todo estaba listo, la tomó sobre sus hombros y empacó todo, en ese momento sonó una estrujen-te bocina desde fuera de la casa, era el carro que habían ordenado para partir al aeropuerto. Luego de intentos de abuso hacía la pequeña y crueles maltratos la llegada de sus cuatro años fueron el punto suficiente que no podría rebasar. Samantha se prometió a si misma no dejar que su hija cometiera lo mismo, y mientras aún era una bebe podría criarla de una manera totalmente distinta a como lo fue ella, la haría independiente, fuerte, con valores y orgullo.

El final y el nuevo comienzo:
Habiendo abarcado en las grandes ciudades de Japón, Samantha cayó al barranco por temas que no se le eran permitidos involucrar a su pequeña, Volodymyr se había encargado de darle la fama que merecía a donde sea que valla, ahora era rechazada en cada trabajo que se le proponía. Los extranjeros la observaban de mal modo por las calles y comenzaron a oponerse a su hija ahora también. La muchacha triste por esto, no quería tales malos para su pequeña, no quería darle la culpa que se había ganado ella misma quitando le las mil oportunidades que podría llegar a tener. Semanas después Samantha comenzó a sentir cierta persecución en la manzana de su casa, en el noble trabajo que había conseguido empezaban a regañarle seguido de amenazas más el sentir una presencia cada noche que regresaba a su casa tras ella. Samantha decidió dejarle a su pequeña a cargo de alguien que pudiese cuidar de ella, que sabría se haría responsable y le daría todas las cosas que ella había deseado en un principio y si no hubiera caído con este hombre pudo habérselas dado.

Dos años después:
Una noche en la cuál Samantha fue despedida del puesto de secretaria que había logrado conseguir se remitió al dinero que le enviaban sus padres, tomó fuerzas y decidió hacer de una vez lo que se había prometido hace ya tiempo, darle una razón a su hija, desatarla al cabo de como era tratada aquí también, la dama tuvo una gran plática con su pequeña Alice en la cuál decidieron ir a la mañana siguiente a visitar a un bondadoso profesor que había sido alumno de la misma Samantha cursando la universidad, tras recorrer un par de millas lograron llegar y notando el poco tiempo que le quedaba, ambas se paran frente a la puerta del egresado y pasan a tocar el timbre. Una sorpresa para ambas fue voltear por tan solo un par de segundos y notar la silueta negra y encubierta que se acercaba con velocidad hacía ellas, en ese momento Alice derramó un par de lágrimas avecinando lo que ahora sucedería, ese hombre que acababa de secuestrar a su madre indefensa y llevándosela consigo era quién dos años atrás se encargó de investigar su historial de vida y de toda la familia Baskerville, siguiéndola a diario para así memorizar cada camino llevado por esta, supo estar bien orientado y actualizado en cuanto a su situación lo que no le sorprendió que ahora fuera a abandonar a su hija. Samantha sonrió de la misma manera que ella y extendió su mano hacía ella saludándola "Te amo mi niña." Murmuró por lo bajo pero lo suficiente para que esta la escuchase, perpleja le observaba Alice queriendo ir por ella, tantas veces siendo separada por su madre, en el momento que iría a correr hacía ella la puerta detrás se abrió presentándose el muchacho a la niña. Alice volteó y le miró con las lágrimas en su rostro para luego redirigir su mirada al ladrón cuyo acababa de desaparecer. Dio un expresivo suspiro y el joven la invitó a entrar a lo cuál ella correspondió, dándole una cálida bienvenida le cuestionó que era lo que acababa de pasar y la razón de sus lágrimas, plus porqué no había venido su madre hoy como en el acuerdo. La pequeña secó sus lágrimas y le miró fijamente retomando la voz. "Mamá vino conmigo a verle, estábamos esperándolo fuera por unos segundos hasta que un hombre de oscuras ropas y rostro encapuchado la alejó de mí. Yo... no pude hacer nada por mamá, me duele..." Dijo la niña mientras empuñaba sus manos sollozando, el hombre se acercó a ella y la tomó en sus brazos rodeándola mientras le daba apoyo emocional, sin cuestionarle nada más, se dirigió a ella con seguridad. "Esta es una promesa que le hice a tu madre y ahora a ti, me encargaré de tu crecimiento y serás una bella y fuerte mujer algún día, te protegeré y no correrás más peligro." Fueron sus últimas palabras que darían la apertura de este nuevo comienzo.

¿Quién eres tú? Mis 14 años:
Mientras la ahora joven Alice era obligada a asistir a clases como cualquier otro y centrarse en sus actividades extra-escolares, tanto como curriculares. Desde que comenzó a convivir con el profesor Andriy hizo en pie a estudiar una gran serie de mecanismos de defensa y psicología para la auto-ayuda. Un día como otro cualquiera, terminaron las clases en un acalorado Jueves, Alice se encontraba algo mareada y los veloces cambios climáticos comenzaban a afectarle como a el resto de los estudiantes de regreso a casa, frente a una gran avenida Alice se detuvo y fijó su mirada sobre el gran semáforo a su izquierda, "Rojo..." pensó sin siquiera poder aclarar su mente. De pronto su vista comenzó a difuminarse y los colores al igual que los carros sobre la calle comenzaban a tornarse una deformidad. Sacudió su cabeza en un intento de reaccionar y dio un paso delante pues su campo de visión se veía despejado, fue entonces cuando sintió un grito aullador detrás de ella que exclamaba su nombre, pudo reconocer que se trataba de Akiyo, un compañero de clases suyo que solía estar pendiente de ella en todo momento. Alice abrió sus ojos extrañada y lo único que pudo ver fue un gran derrape por parte de un camión y una motocicleta en cruzada, en cuestión de segundos su cuerpo perdió la estabilidad y cayó inconsciente sobre la atareada calle.

72 horas después:
Abrí mis ojos como se me permitía y lo primero que llegó a ellos fue la encandilada luz proveniente de los focos sobre el techo. "¿Esto... es un hospital?" Me pregunté a mi misma mientras desconectaba unos cables sujetos a mi cuerpo y me levantaba. En seguida abrieron la puerta con rapidez y se trataba de un hombre esbelto y alto, le miré extrañada mientras este corría hacía mi y me abrazaba, le separé con delicadeza y le miré. "Disculpe.. ¿le conozco?" Susurré esperando una respuesta de su lado, el cuál muchacho me miró sorprendido y se alejó de mi agarrando su cabeza con ambas manos a medida que se sentaba sobre una banca al lado de dicha cama. "¿Donde me encuentro, quién es usted?" Volví a preguntar y me callé para terminar de escuchar su respuesta. "¿De veras no lo recuerdas?, ¿te soy un extraño?" murmuró para así comenzar a llorar, me le quedé viendo con el semblante tranquilo y recibí una fuerte puntada sobre el pecho al instante que me acerqué a él y acaricié su cabeza. "No.. no te olvidé, Natsu." Dije con una leve sonrisa aún que nada me era claro en esos momentos, por la mirada del joven podía darme cuenta que era alguien que siempre había estado para mi.

La actualidad, he recobrado la memoria, pero me he estancado en un juego del que no podré salir:
Han pasado dos años más desde que se dio un fuerte golpe en mi vida, aún recuerdo esa noche en el hospital en el que desperté y Natsu me esperó para abrazarme y volver conmigo a casa, tiempo después a medida que se me fueron aclarando un montón de cosas sobre mi fui recordando por mi misma muchas otras, mi profesor era una persona muy amable y siempre intentaba ayudarme. Aún siendo poco los tres días que pasé en el hospital supieron tener paciencia con mi amnesia dentro del colegio, mis compañeros se veían muy amigables conmigo por más que no tuviera interés en ellos, me sentía querida. Estos últimos días Natsu-kun trajo una nueva novedad hacía mí, él es profesor de computación y un gran aficionado de los juegos virtuales, me ha propuesto que juguemos juntos en un juego del cuál se convertirá en una nueva vida, una vida alterna en la que podremos actuar como quisiéramos bajo nuestro personaje y la realidad que este nos brindaba facilitaría un montón las cosas. Entusiasmada por poder pasar un tiempo con él y conocerlo más, una tarde recibimos los dos Nerve-Gear para dar comienzo a jugar dicho juego, SAO. Esa noche tuvimos una gran cena en forma de abertura, pero no todo iba tan bien, Natsu me había ocultado la verdad sobre mis padres, esa noche desveló un montón de secretos que me pertenecían. Tomé un gran rencor hacía él por ocultarme todo ello sin embargo me prometí no hacer algo de lo que me arrepentiría. Fingí una sonrisa sobre mi rostro y me retiré de la mesa con dos simples palabras "Ya veo". Luego de eso Natsu-kun intentó retenerme pero le ignoré dirigiéndome a mi habitación. Recostándome sobre la puerta exhale un profundo suspiro y abrí mis ojos volteando a ver el caso sobre mi cómoda. Me levanté y despojé de mis ropas quedando así en un ligero camisón, tomé el Nerve-Gear y lo introduje sobre mi cabeza para así recostarme sobre la cama.

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Recuerda que tu arma inicial es la espada de iniciación, cuyo daño base es de 50.

Stat Iniciales (20) // Nivel 1

• Fuerza: 13
  -Daño Total (52,6) = Daño del arma (50) + Fuerza (13/5)
  
• Destreza: 2
  -Golpe critico (0,02) = Golpe crítico por Golpe (2/100)
  
• Agilidad: 1
  -Ataques por Turno (1,01) = 1 + (1/100)
  
• Resistencia: 4
  -Vida total; (404) = 400 + Incremento por nivel (10*(1-1)) + 4
  -Regeneracion de Vida (4,4) = Regeneración por turno (4) + Incremento por nivel (2*(1-1)) + (4/10)
  -Armadura (0) = Armadura base (0) + Equipamiento.
  

Cocina 0/30
Suerte 0/30
Robo 0/40
Detección 0/30
Herrería 0/50
Minería 0/30
Joyería 0/40
Rotación 0/30
Domador de Bestias 5/30
Ocultación 0/30
Alquimia 0/30

"Alfheim Online"

Piedra Linkeh

Cristal de salto