Trident of evil

Ahi me encontraba completamente aburrido en las afueras de la ciudad, hechaba de menos algo que tenia en casa, un tridente, un tridente con el que salia con Hibari a dar paseos y cosas a si sin mencionar que con el tambien peleaba con el mismo, era un tridente que podia traer en un estuche, pues era desarmable.

Pero eso no era lo importante, si no que entre la caminata de regreso a la aldea o ciudad, encontre algo sumamente curioso que llamo mi atencion. Una hermosa tienda en esa ciudad, simplemente sonrei malicioso, por loq ue despues de eso una idea malevola cruzo por mi mente que tal si ahora yo conseguia lo que seria una arma unica en este mundo de SAO, seria estupendo el poder hacerlo y mas ahora que no me acostumbraba a dominar una espada, mi objetivo primordial era el hecho de que queria un arma nueva y por eso pediria ver si me lograban hacer un tridente con alguna que otra especificacion.

Entre a la tienda y no habia nadie en el lugar, tenian varios mostradores con alguno que otro producto, algo simple diria yo por lo que simplemente supuse que era una tienda que estaba comenzando, era normal no teniamos años en SAO para que fuera una tienda llena de cosas fantasticas y estupendas, por lo que no le di importancia, camine entre las cosas mirando con detenimiento, una que otra espada pero nada de lo que buscaba, por lo que me acerque al mostrador y toque una pequeña campanilla para llama a ver si alguien me atendia en aquel enorme lugar, por lo que me quede esperando a verque sucederia, al no ver respuesta llame dos veces seguidas, a la campanilla esperando ahora si escuchase un grito de atencion en esta tienda.

Después de unas largas semanas que estaba estrenando mi propia Herrería en Ciudad de Urbus, la tremenda demanda de sobre todo armamento era demasiado para mi compañero y yo pero hacíamos todo lo posible para entregarlos a tiempo. Estábamos tan saturados que apenas teníamos oportunidad para tomarnos un descanso en las horas que librábamos y volver a nuestra labor. Todo parecía ir fenomenal hasta que Dante en una tarde decidió irse por motivos que no volveré a recordar y me dejó sola. Ante aquello, no pude seguir con el negocio por lo que al ver que nadie se ofrecía a trabajar a mi lado y que los pedidos no paraban de aumentar, acabé cerrando.

En ese instante, mis esperanzas de levantar nuevamente mi propio negocio se esfumaron pero recordé que Malakiel me dijo de trabajar juntos en su tienda ubicada en Ciudad Torubana ¿Qué podía perder? Además ¡Nos veríamos todos los días! Rauda como un caballo, no tardé en llegar a 7Th Heaven. Por supuesto, me recibió con los brazos y ¡Nunca mejor dicho! ¡Me dio el más cálido de los abrazos! Desde entonces, he estado toda la mañana tomando y llevando cajas de un lado para otro. El taller que estaba en un piso más abajo no se limpiaría solo- Ufff -Suspiré quitándome el sudor de la frente con un alzar de brazo- Bueno, al menos podría ser peor. La otra tienda si que era todo un infierno -Antes de que pudiera continuar, el sonido repetitivo de una campana hizo que me alzara en mis dos piernas pues estaba agachada a punto de levantar otra caja y corrí subiendo las escaleras de madera a toda pastilla- ¡Voy! ¡Voy! -Casi a punto de tropezar, logré recuperar el equilibrio en el último segundo y me situé detrás del mostrador con el pelo un poco alborotado que no tarde en acomodármelo en un abrir y cerrar de ojos- Perdone la demora -Hice una pequeña reverencia dando a entender mis palabras con mayor claridad para luego regresar a verlo a sus curiosos y exóticos ojos- Sea usted bienvenido a 7Th Heaven ¿En qué puedo ayudarle?

Di una enorme sonrisa algo maliciosa y burlona por que casi la chica se caia delante de mis ojos, me quede callado mirnado como es que la misma incluso tenia algo desordenado el cabello, di un paso hacia delante quedando enfrente del mostrador y me quede mirando con una sonrisa sin alma a la chica con mis ojos de diferente tonalidad, uno rojo y el otro de un color celeste, sonrei y escuche sus palabras de bievenida.

Despues de que se presento, saque mi mano de mi bolsillo y la acerque a la chica con cuidado, mi mano paso por acariciar su mejilla con cuidado y despues de darle una caricia con mis dedos indice y medio en su mejilla pase hacia atras acomodando unos cuantos pequeños flequillos que habian quedado en desorden, una vez termine de arreglar su pelo simplemente me pase a presentar. -Muchas gracias por la bienvenida, señorita que bien se ve ahora kufufufufufufu- Le dije mientras me daba un paso hacia atras despues de eso me cruzaba de brazos recoriendo el lugar con la vista.

Mire que ya definitivamente no habia ni un solo tridente por lo que me quede mirando a la chica y le hable con cuidado. -Bueno, vine a su tienda para ver si me podria ayudar señorita, mi nombre es Mukuro, y buscaba quien pudiera ayudarme a crear un tridente-Despues de eso, me quede sonrienod mientras le miraba. -Kufufufufu, bueno si tiene tiempo de atenderme señorita kufufufufu- Fue lo ultimo que le dije, mientras mi mano se volvio acercar a la misma y le acomodo de nueva cuenta un mecho de cabello colocandolo atras de su oreja.


OFF:

Tema de Rokudo:

Tenía que rezarle a Dios agradecida de que no me hubiera caído delante de los ojos del nuevo cliente que indiferente, me observaba con una siniestra sonrisa directamente a mi mientras que me acomodaba algún que otro cabello suelto. Por alguna extraña razón, aquellos iris de distinto color no me transmitían tranquilidad, mas bien lo contrario. No me gusta para nada que se me quedaran mirando sin decir ni pío y mucho menos en un lugar tan cerrado y silencioso como era la tienda. Tenía ganas de salir corriendo y volver a esconderme a la seguridad del taller a continuar como mi labor pero no podía hacer eso; daría un mal ejemplo a 7Th Heaven y sobre todo porque los chicos confían en que haga un buen trabajo mientras regresaran de sus recados.

Luego, dejé escapar un leve suspiro apartando por unos momentos mi mirada del sujeto y la enfoqué al suelo exhausta pero un curioso tacto en mi rostro hizo que volteara y toda mi atención la centrara de nuevo en aquel misterioso chico y su risa tan rara ¿De quién rayos se trataba? Atenta a sus palabras le fui contestando mientras mis orbes observaban nerviosos el deslizar de sus dedos en uno de los mechones de mi pelo rosado- G-Gracias, es usted muy amable -Tartamudeé tratando de conservar mi compostura educada. Tras acabar con su acción, se cruzó de brazos y fue recorriendo con la vista cada rincón de la tienda- Esto... ¿Le puedo ayudar en algo? -Tanto silencio me estaba matando.

Nada más argumentar aquello último, el peliazul me dijo que buscaba un tridente. Sería la primera vez que fabricaría un arma de ese estilo pero si no mal recuerdo, su método de elaboración no era una cosa de otro mundo- Mukudo... Ehh... -Murmuré su nombre para mí misma volviendo a alzar la voz enérgica con una cálida sonrisa- Yo soy Rika, Shinozaki Rika aunque puede llamarme por mi nick, Lizbeth abreviado como Liz. Lo que más le guste -Volviendo a ver como su mano acomodaba mi cabello pero esta vez tras mi oreja, me dejé hacer pero levantando un leve sonrojo apenas visible- C-Claro, p-por algo estoy aqui -Tras tragar saliva de forma brusca, retomé la conversación algo más tranquila- Y bueno, ¿cómo quiere que sea el arma? ¿No tendrá por casualidad alguna receta para que empiece a trabajar de inmediato? Si no la tiene, le puedo enseñar alguna sugerencia.

Cuando termine de hacer mi ultima accion la chcia me respondio ante lo que yo simplemente me aleje de nueva cuenta un poco hacia atras, moviendo mi mano con cuidado en el aire comenze a revisar lo que era mi inventario lentamente buscando un simple item que estaba entre mis cosas.

Seguia buscando entre la lista de items, mientras miraba de reojo a la chica aun con mi sonrisa malevola, finalmente di con el item que tenia y despues de eso lo seleccione suavemente con mi mano para despues, que apareciera en ahora la palma de mi mano, un pergamino comun y corriente podria decirse, pero lo habia conseguido con un mercader, sinceramente me habia quedado sin oro por un par de dias, pero no importaba esto seria sumamente bueno despues de todo simplemente estar con un arma que me agradara seria lo ideal, pues en el otro mundo era lo que usaba, tome el pergamino y lo extendi en la mesa y de ahi se mostro un tridente platino en todo su explendor.-Esto es lo que deseo kufufufufu- Le mencione mientras mi dedos se deslizaron suavemente por el papel que estaba en la mesa y despues se alejaron para ver su reaccion.


Me acerque un poco al mostrador inclinandome y quedando en una pose muy cerncana a ella, mis dos brazos se acercaron uno delante del otro y entrelace mis dedos para que los mismos quedaran unidos y me quede apoyado sobre mis manos suavemente mirando a la chica fijamente a sus ojos, los mios frios como si un muerto la estuviera mirando, completamente maligno, no es que tuviera intenciones malas con ella simplemente a si era mi mirada, habia perdido mi humanidad hace ya mucho incluso antes de entrar a SAO. -Bien entonces, esta capacitada para el trabajo señorita, si no podria regresar despues o ir a otro sitio, usted dira kufufufufufu no fuuu- Le dije mientras me quedaba ahi mirandole casi a unos cm de su rostro, si calculaba estabamos a unos 20 cm o menos mirandole fijamente esperando atento a su respuesta.

Imagen:

Nada más decirme que se trataría de un tridente, en mi mente empezaba a imaginarme cómo me las apañaría para fabricarlo. No era del todo similar a la elaboración de una espada es mas, se asemejaba mucho a la de un hacha pero estaba en las mismas. Solo había probado a hacer espadas. Bueno, con mi nivel de skill no tendría que resultarme ningún problema ¿Cómo sería su diseño? De manera inconsciente, me llevé una mano al mentón clavando mi mirada a un lado aún sumergida en mis pensamientos.

Mientras que continuaba preguntándome pero sobre todo imaginandome su estructura y efectos adicionales si es que tenía, mis ojos se giraron a volver a observar al muchacho que con un alzar de mano y un simple deslizar de su dedo índice, mostró el menú de su inventario. De seguro estaría buscando el recetario que le pedí pues se le veía como buscaba algo con aquellos ojos tan diferentes girándolos de un lado para otro con gran interés pero conservado aquella frialdad ¿Era algo bastante habitual en él? Después de que encontrara y seleccionara el item deseado, lo materializó en la palma de su mano derecha. Se trataba de un pergamino en perfecto estado. No creo que me resultara muy costoso sus materiales pues de inmediato alcé el rostro y le presté gran atención al escrito- Mmm... -Permanecí inmóvil posando mi antebraso izquierdo sobre el mostrador mientras que con unos de mis dedos de la diestra, señalaba algún que otro detalle del papel.

Tras acabar de analizar el pedido, la nueva postura del chico y nuestra escasa distancia, hizo que diera un paso hacia atrás y rápidamente entrecruzaba los brazos clavando mi entrecerrada mirada a un lado volviendo a salir los nervios- N-No esta mal -Murmuré entre dientes alzando ambos párpados y observar de nuevo al peliazul indiferente pero sus nuevas palabras, me hicieron cabrear- ¡¿QUÉ?! -Dije casi gritando- ¡¿Insinúas que este trabajo no es digno de ser forjada por mis manos?! ¡¿Cómo te atreves?! Estas hablando con la futura mejor herrera de todo SAO. Este arma estará echo en un abrir y cerrar de ojos, y su acabado te dejará con la boca abierta. -Si algo no permitía es que me subestimasen- Vamos -Dije con un tono de voz más serena pero aún sin estarlo del todo empezando a caminar hacia el taller bajando las escaleras situadas tras el mostrador- Si quieres que lo tenga echo hoy mismo, hay que empezar ¿Me sigues? -Frené por unos momentos a voltear a verlo pero acabé abandonando la recepción.

Me sonrei al ver sus reacciones por lo que le habia dicho, eso me agrado me agrada que las personas se hagan decididas, sus palabras me encantaron se molesto, hacer que las personas hagan esas acciones era hermosamente explendido, despues de unos segundos logro calmarce y se puso de pie para hablarme unas cosas mas, mientras lo hacia simplemente me quede mirandole con diversion ahora.

Lleve mi mano derecha a mi rostro apoyando el codo de ese mismo brazo sobre la palma izquierda pues ese brazo lo cruce para hacerlo, me quede mirando fijamente a al chica con una cara burlona mientras me decia unas cosas que hacer, simplemente no pude evitar reirme. -Kufufufufufu, entonces tambien es la herrera con menos paciencia de todo SAO fufufufufu- Le dije en respuesta a sus comentarios para luego seguirle, iriamosa su taller al parecer eso seria bueno si el tridente quedaba listo en este dia no tendria que esperar por mas, sin mencionar que al parecer no era tan mala la dichosa herrera.

La segui, pasando por el mostrador que tenia y finalmente llegamos a lo que era la parte trasera, habia unas ecaleras, por las cuales vi que tendriamos que bajar, eso si que era divertido un taller subteraneo parecia como si fuera una especie de escondite eso si que era muy gracioso y divertido. -Que lindo lugar fuf fu fu, ademas, estas o vives sola en este sitio- Le pregunte mientras la seguia y decendiamos por las escaleras al zotano o taller de la tienda, esto si que seria magnifico nunca habia visto un taller en ninguno de los dos mundos por lo que hacerlo ahora si que seria magnifico. Una risilla de felicidad salio de mis labios pero no andaba mirando a la chcia si no el lugar, prestaba atencion a cada detalle que habia en el lugar.

¡Digo! ¿Quién se creía que era para hablarme de aquella forma? Si se creía que iba a seguir actuando tan educada como si no me hubiera dicho nada, no le queda nada que aprender de mi. En ningún momento me dejaré tomar el pelo ni aunque se tratara de un cliente. Mi dignidad era una de las cosas que no permitirían que se metieran; lo siguiente era el honor y la amistad. Me consideraba una chica de carácter fuerte y no era por nada, podría llegar a romper de furia en un abrir y cerrar de ojos.

Mientras caminaba, el nuevo habla del peliazul hizo que volteara a que observara mi cara completamente roja pero no de vergüenza, si no de furia. Odiaba a las personas creídas y superficiales. En esos momentos, ni me cuestioné si realmente era así su forma de ser o que estaba jugando conmigo. Existen personas de todos los tipos y colores posibles ¡C-Como sea! No iba a dejar que continuara burlándose- ¿Perdona? Quiero terminar cuanto antes para continuar con la mudanza. He estado ocupada toda la mañana trayendo cajas de un lado para otro hasta que apareciste. Fue por eso que me viste subiendo las escaleras de aquella forma y despeinada -Tranquilízate Rika, tranquila- B-Bueno, no esta muy profundo -Tras decir aquellas palabras, logramos llegar hasta la nueva habitación y lo iluminé levantando el interruptor de la luz. No era muy espaciosa pero lo suficiente para que hubiera un horno, el almacén con los componentes y una mesa- Si no mal recuerdo... -Llevé una mano al mentón- Necesitamos 1 barra de Elementium, 3 barras de Plata y 1 Flujo Débil -Mientras decía aquello, abrí la despensa y me quedé observando las innumerables estanterías de la misma. Estaba demasiado alto para que llegara incluso haciendo uso de un taburete ¡Y NO! No quería comprobarlo con un chico aquí- E-Esto... -Pasé a mirar al chico directamente a los ojos- ¿Podrías subir y sacar los materiales? Yo te iré señalando cada uno de ellos.

Ahi estaba completamente en una habitacion, nueva note de nuevo su actitud realmente era estupendo hacerla enojar tan facilmente, pero que mas podria hacer para divertirme con ella, eso de hacerla enojar era demasiado faicl y eso se tornaria aburrido ya sea para mi o para ella sin mencionar que al final de cuenta no me haria mi arma, logramos desender a su taller.

Un lindo y simple lugar,a un estabana lgunas cosas desordenadas y cajas, posiblemente por eso que decia de la mudanza, la verdad que eso en lo peculiar me daba por ser indiferente eso no me importaba en lo mas minimo, por lo que cuando llegamos al zontano camine tranquilamente deslizando mis dedos por algunas partes examinando las cosas como si fuera un chico curioso, pero eso era lo que solia hacer generalmente.

Mire a la chica, era gracioso intentaba alcanzar las cosas pero no lograba hacerlo, yo si que le sacaba buena estatura a la chica por lo que simplemente me burle levemente de ella. [color=violet]-Fufufufufufufu-[color] Me burle muy bajo al ver que no alcanzaba a tomar las cosas, escuche sus peticiones y me aceruqe a ella, simplemente me puse a su lado y sonrei mirandole fijamente. Pense en otra cosa, con rapidez como ella aun no bajaba del taburete, se me ocurrio subirla entre mis brazos, la cargue como una pose de casados y despues la acomode un poco mas y me subi al taburete.

Estamos ahora a la altura perfecta para que ella viera las cosas e incluso pudiera tomarlas como si nada. -Esta accion es mucho mejor, no te parece kufufufufu, a si tu los tomas de una vez y no tardaremos en que me digas y me equivoque anda, solo estira tu mano- Le dije mientras la sostenia como si nada entre mis brazos y le miraba burlonamente como ya era mi manera, esperando a que tomase los ingredientes ella pues yo no tenia ni la mas minima idea de que estaba hablando.

Incluso aunque me encontrase subida del dichoso taburete, no llegaría a alcanzar nunca la estantería de más allá donde se encontraba las barras de Plata ¿Por qué un componente tan habitual estaba arriba del todo? ¡Aggg! El día no podía ponerse mejor a mi contra ¿Qué era lo que pasaba? Me trataban como una niña pequeña y encima subestimaban mis habilidades como herrera. No me resultó nada fácil subir de nivel combatiendo contra aquellos sanguinarios monstruos devora-cadáveres; sin contar algún que otro jabalí de los inicios pero bueno, el caso, era una skills más difíciles de subir. Nunca se lo perdonaría al menos que se pusiera de rodillas y me alabase por mi trabajo asemejándose a la de los dioses.

Total, no me quería ir mucho por la ramas. El caso es que seguía sin alcanzar los objetos hasta que un tacto inesperado me tomó por debajo de mis piernas y sobre mi espalda, y me elevó son la mayor facilidad del mundo- ¡¿UHHH?! -Cuando fui a voltear, pude comprobar con mis propios ojos que se trataba de los brazos del peliazul. Éste parecía la mar de sereno incluso observándome con una leve sonrisa indiferente. Mis mejillas se volvieron a tonar de rojo siéndome costoso el hablar- ¡O-Oye! -Estaba a punto de golpear su cabeza con ambas manos hasta que me volvió a alzar y empezó a hablar de nuevo ¿De verdad? Ahora que se lo decía, podía alcanzar los materiales sin problemas. Apretando los dientes con fuerza, me mantuve callada todo ese tiempo mientras iba tomando la mercancía necesaria de uno en uno- ... -Cuando terminé, lo observé a los ojos sin que el rojo de mi rostro desapareciese del todo- L-Listo... P-Puedes bajarme -Le dije girando mis orbes a señalar el suelo- Y... Gracias... Otra vez... -A lo mejor, no era tan malo como yo pensaba. Puede que como dije anteriormente, solo estaba burlándose y jugando con mis continuos enfados, y mis exageradas reacciones. Mis brazos estaban totalmente ocupados tomando las barras y el flujo a miedo a que se resbalasen de mis manos y cayeran al suelo.

Simplemente me quede ahi mirandole, y me di cuenta de su sonrojo sabia por que pero quise de nueva cuenta jugar con su caracter, por lo que simplemente en vez de bajarla mi rostro se acerco a ella, y me quede sonriendole poniendo mi frente con la suya, quedando muy cerca para segun medir su temperatura. -Vaya si tienes algo de fiebre te siento algo tibia kufufufufufu- Le dije para jugar con ella para luego, ir bajandola lentamente.

Cuando porfin logre bajar, sonrei para mirarle de frente ella ya estaba abajo. -Entonces mi arma sera la mejor de sao, por que la mejor lo hara kufufufufu- le dije para que se relajase un poco y me incline un poco hacia ella para verla de frente y mas de cerca para mirarle bien ese sonrojo que me causaba de cierta forma mucha gracia, cuando hice eso, mi zapato resvalo en el banquillo donde estaba y termine cayendo sobre la chica haciendo que soltara las cosas.

Mis brazos reaccionaron y no llegue a caer por completo sobre ella solo la tire al piso pero con la ayuda de mis brazos logre detenerme, me quede mirandole a los ojos y cerre los mios sonriendo maliciosamente mientras me reia con mi risa tipica algo siniestramente, mi cabello alargado de una coleta se resvalo y cayo por mis hombros hasta llegar a la mejilla de la chica. -Kufufufufu perdon lizy chan, e resvale mi pie torpe no respondio bien kufufu, ¿estas bien?.- Le preguntaba mientras yo me ponia de pie y exendia mi mano para ayudarle a que ella pudiera ponerse de pie y comenzar de una vez con la arma eso si que me importaba, mas que su seguridad, aunque no lo paeciera pues era alguien muy frio, por alguna rara razon me preocupaba la salud de mis actuales juguetes por a si decirlo y estaba jugando muy comodamente con Elizabeth.

¡En serio! ¡Era insoportable! Sabía que no tenía que seguirle el juego pero ¡Míralo! No paraba de reírse de mi a todas horas. De verdad, tenías ganas de tomar una de las barras de plata y golpear con ella su cabeza. Estaba a punto de perder la paciencia- Bueno, ya puedes bajarme -Le dije al peliazul aún siendo cargada entre sus brazos pero no me contestó. Un incómodo silencio se formó en el ambiente mientras éste me observaba indiferente con aquellos misteriosos ojos y su inexpresiva sonrisa- ¡Ey! Ya no voy a aguantar una broma m-más... -Empezando con unas palabras decididas, mi habla fue disminuyendo su tonalidad al ser testigo como el rostro ajeno se iba acercando a la mía cada vez más y más hasta que nuestras frentes acabaron uniéndose. No tenía la más remota idea cómo reaccionar ante aquello por lo que simplemente me dejé llevar por los nervios comenzando a patalear a lo niña pequeña con un exagerado sonrojo en mi cara zarandeándome de un lado para otro- ¡Q-Que me bajes te he dicho! -Acto seguido, me liberó y me acomodé de vuelta al suelo.

Me quería acomodar la vestimenta antes que nada pero al estar sosteniendo todos aquellos pesados materiales, me tuve que aguantar y quedándome a observarlo desde abajo del taburete. Nuevamente, alzó su rostro a observarme más de cerca que yo respondí desviándole sonrojada la mirada a un lado pero un mal colocar de sus pies al bajar, hizo que tropezase y cayera ¿Adivinad? Encima mía- U-Uhhh... -Inmediatamente, todos los items se resbalaron de mis manos y mi espalda pasó a reposarse de manera brusca al suelo. Me quedé completamente helada volviendo a resurgir el color rojo en mis mejillas. Por suerte, se levantó enseguida y me extendió la mano. Aquellos pequeños segundos, pude apreciar con mayor exactitud sus curiosos ojos. No entendía como aquellas esferas tan hermosas, podían ocultar tanta tristeza o vacío- ... -Sin decir nada, acepté su ayuda y volví a ponerme en pie. Rápidamente arqueé la espalda y fui recogiendo indiferente cada uno de los items- Si, no tengo ningún rasguño -Contesté al final girando mi cuerpo a verlo y empezar a caminar hacia donde estaba el horno- ¿No querías que te hiciera el tridente? Vamos allá.

Fue demasiado gracioso ver como estaba haciendo aquellas cosas y simplemente ya cuando baje ocurrio aquello, despues de unos minutos simplemente me respondio por lo que habia ido en ese lugar, ya ni recordaba cosa que hizo que me diera algo de risa, por lo que despues de unos minutos de reirme muy bajamente para que no me escuchara la acompañe.

Pero algo me detuvo, mire alrededor del lugar y note el enorme desorden que habia en el mismo, sin mencionar que en el suelo habia algo muy peculiar, una pequeña parte de plata, era de las cosas que se le habia caido a la chica, por lo que me puse en cunclillas y despues de un momento la levante, realmente me haria un arma, aun me asombraban las cosas que pasaban en SAO, demasiado para mi gusto, por lo que simplemente camine hasta la chica y me puse a su lado, estabamos cerca del horno y me quede recargado en el mismo, no tenia calor aquel susodicho horno, y simplemnente me cruce de brazos.

Notando el despiste de la chica, por la ausencia de aquel material, lo saque mostrandolo en mi mano y con el mismo le pique suavemente la mejilla para reir suavemente. -Kufufufufu Liz chan tienes que tener mas cuidado dejaste esto tirado kufufufufufu- Se lo entregue y me aleje del horno para dejarle trabajar, incluso me puse a revisar con detalle cada parte de aquel taller, era un lindo lugar y sobre todo muy tranquilo por lo que ahora si que seria simplemente dejar a la chica que hiciera su trabajo. -Bien Liz chan te dejare hacer tu trabajo, vale a si que has lo que mejor sabes hacer kufufufufu no te molestare.-

Fue lo ultimo que le dije para alejarme unos pasos de ella y quedarme atras de la misma, lleve mis manos atras y comenze a balanzearme en lo que entonaba una melodia algo comica y calmada una cancion tipo infantil pero con un tono muy fribolo y burlon que hacia que alguien se pusiera nervioso.-Kufufu Kufufu no fuuuu- taradeaba mientras esperaba ansioso a que mi tridente estuviera listo.

Era la primera vez que me demoraba tanto en realizar un pedido teniendo a mi cliente al lado para lo que era hacerlo y entregárselo al instante. Ni siquiera había colocado los materiales sobre la mesa ¡Si que andaba retrasada! Y sin pensar que a lo mejor en el piso superior, hubiera otra persona esperando frente al mostrador... Aunque para la hora que ya era donde se podía apreciar la Luna ¿Cuanto tardarían en regresar Takashi y Malakiel? Me dijeron que iban a salir a hacer un recado pero ¡Dios mío! Nunca llegué a pensar que se tirarían gran parte de la tarde y de la noche por ahí afuera.

Continuando con la caminada indiferente pero un tanto con calzadas rápidas con los componentes entre mis brazos, me percaté que en esos segundos, Rokudo había parado de caminar distanciándonos un par de metros. Estaba tan centrada en querer acabar lo más pronto posible para que no se quejara de los servicios en 7Th Heaven que ni me dí cuenta antes. La verdad, recordando las accidentales y curiosas escenas, me hizo recordar a las típicas que se apreciaban en los animes ¡Jajajaja! ¡En qué lío me había envuelto! Me resultó tan gracioso que dejé escapar una pequeña risa de manera inconsciente antes de parar y girar a observar al susodicho- ¿Qué sucede Rokudo? -Cuestioné a la vez que me ofrecía la barra de plata que hace un momento estaba en el suelo- ¡Ahh! ¡Qué despiste! Gracias -Dije sin mostrar más enfado mientras observaba cómo se alejaba y me dejaba mi espacio para empezar a trabajar.

Normalmente, hubiera encendido el horno con muchísima más antelación para que cuando regresara, ya estuviera caliente pero como hace poco que mejoré la skill de herrería, ese tiempo era reducido para que trabajara con mayor rapidez, por lo que únicamente alcé el menú del aparato con un simple deslice de mi dedo índice y fui seleccionando los componentes que iba a introducir (en este caso las barras de plata y la de Elementium) Ambas tenían la misma resistencia así que no había problemas en meterlas juntas. Después de que pasaran 13 minutos exactamente, saqué los lingotes extremadamente calientes con unas pinzas y los situé sobre una lámina que aguantaba a la perfección su temperatura- Ya no queda mucho. Lo más largo a pasado -Le dije al chico sin observarlo pues estaba concentrada tecleando algún que otro botón en el menú que otra vez abrí para ver el estado de los materiales- Bien... Voy a seguir -Materializando un martillo a mi mano derecha seleccionando previamente la función que realizaría con éste, golpeé los metales con el instrumento y luego rápidamente le añadí el Flujo Débil. En ese período de tiempo, todos los items se bañaron en un cegador brillo blanco acabando por desaparecer y en su lugar, aparecer el arma. Sin miedo, tomé el tridente y lo alcé para luego ejecutar algún que otro tajo al aire- Pues listo ¿Quieres comprobarlo por ti mismo? -Tras decir aquello, se la entregué en mano - Si no estas satisfecho en algo, me lo puedes decir y encantada volveré a fabricarte otro.

Estaba tranquilo y sereno incluso cerre mis ojos para poder meditar un poco, la chica nunca me llamo la atencion solomente para jugar hace unos minutos pero ahora era aburrido, la misma era para mi algo simple y monotomo por lo que simplemente me aleje de ella y queria que acabara el arma se veia en su rostro una pesadez que tenia por querer alejarse ya pronto de ese lugar y continuar con otras cosas pero por el momento simplemente estaba yo estorbandole en ese trayecto a si que de igual manera tenia cosas que hacer.

Me pregunto, algo ¿que me sucedia? nada en lo minimo fue lo que pensaba pero mejor era responderle de una forma, pues pensaba ser muy fribolo con ella y a ese punto podria ofenderle y ella haria un mal trabajo aproposito, no me gustaria que estuviera con un boss de area y el mismo me diera una buena golpiza por que mi arma era facil de romper.-No, nada en lo minimo descuide Rika la herrera, kufufufufufu. Le dije mientras despues me aleje del horno pues procedio a encenderlo, me cruce por todo el lugar hasta llegar a otro sitio en el cual era el lado contrario me quede en ese lugar mirando a todos lados hasta que algo me sorprendio.

Unos simples martilleos, eso si que era impresionante, bueno despues de todo era un juego poner el verdadero proceso de como incluso extraer ese fragmento de plata que recoji, tardariamos dias, y peor aun para moldearlo a la arma que hacia seria un caso mucho peor, por lo que simplemente di una risa burlona al ver que eso era tan simple como mover nuestro menu. Al poco tiempo mi arma quedo lista completamente y Rika parecia comprobar dicha accion, cuando finalmente termino, me la entrego, la levante como solia hacerlo en el mundo real.

Le di unos vistasos, era impresionante esa arma, era como la que usaba en casa, simplemente magnifica, la matuve con fuerza en mi mano y de la nada di un paso hacia atras, comenze a moverla rapidamente haciendoq ue la misma diera giros rapidamente, la pase por mi espalda y despues por arriba de mi cabeza, finalmente en un movimeinto rapido quedo la punta en cerca del cuello de Rika. -Kufufufufufu explendida simplemente Explendida-Le dije mientras abria mi menu y la guardaba en el mismo para despues de eso abrir la opcion de trueque y seleccionar la opcion de monedas. -Fufufufufu cuanto seria entonces Rika chan- Le dije de ultimo mientras esperaba un buen precio y no que se quisiera pasar de lista conmigo.

Nada más terminar de comprobar la capacidad del arma con mis propios ojos, se la lancé sin maldad algunas a las manos de su nuevo dueño que indiferente, observaba esta con aquel misterioso y siniestro brillo en sus iris bicolor mientras que yo esbozaba una pequeña sonrisa de satisfacción al saber que había logrado fabricar una auténtica obra de artesanía. Tenía que reconocer que estaba un tanto insegura del resultado pues al fin y al cabo, era la primera vez que creaba un tridente. Aun así, estaba contenta conmigo misma. No tenía ni un solo desperfecto en sus estadísticas bases por lo que si Rokudo saltara a criticar, me daría absolutamente igual. Sabía que aunque suene mal que yo lo diga, lo había echo genial. Era una copia exacta de la receta.

Dando de inmediato un paso hacia atrás, fui testigo como el joven se movía con gran agilidad comprobando la validez del item haciéndolo girar de un lado para otro con gran estilo y belleza incluso atreviéndose a pasarlo sobre su cabeza y espalda con naturalidad. A simple vista, era más que evidente que no era la primera vez que manipulaba un arma como este. Sería fascinante admirar sus cualidades en pleno combate pero eso no tenía nada que ver con mi deber como herrera por lo que no tenía el valor de elogiarlo por su magnífica ejecución de movimientos. Simplemente me mantuve en silencio hasta que el peliazul me apuntó con el tridente a la altura de mi cuello separándonos unos escasos centímetros- Y-Ya te dije que te gustaría -Tartamudeé nerviosa aun sabiendo que al estar dentro de una zona segura, no me podría hacer daño- Mis capacidades como herrera son una de las más elevadas de todo SAO. Esto a sido un simple aperitivo. Puedo hacer armas más complejas -Dije con ciertos aires de superioridad posando mi mano derecha sobre mi costado par y realizar un pequeño gesto femenino con mis caderas. Aunque había veces como ahora que me pavoneaba, era la pura verdad. Después de haberme esforzado tanto en levear gastando los puntos de skill en esta habilidad, algún beneficio y recompensa tenía que sacar- Así que si deseas tener el mejor equipamiento a precio razonable, vuelve a 7Th Heaven. Nuestras puertas siempre estarán abiertas al público.

Nada más acabar la conversación dibujando una pequeña sonrisa en mi rostro, me preguntó por el precio del mismo mientras observaba como lo guardaba en su inventario. Normalmente yo le ofrecía el arma y discutíamos el precio pero esta vez dejé que se saliera con la suya y permití que ya lo conservara con tan solo tener que darme el dinero correspondiente- Pues serían 100 monedas de oro -Tras decirlo, acepté rápidamente la petición de tradeo esperando a que colocara la cantidad dicha- No me vendrás a decir que somos caros ¿No? -Arqueé una ceja fingiendo como si estuviera enfadada mientras se realizaba el comercio de manera exitosa.

Rokudo no pud evitar dar uans risilals malevolas ante las acicones de la chica, y tras un par de segundos termine tecleando la cantidad exacta de dinero en el menu, era realmente simple comercializar en este mundo, matabas unas cuantas cosas, conseguias esas determinadas cosas y las cambiabas por comida algo simple y monotomo que al parecer ya varios usuarios de SAO habian estado haciendo, muy peculiarmente se estaban adeacuando a este mundo tan hermosamente diseñado.

Despues de que estuvo miranodme la chica, simplemente crre los ojos burlandome. -Kufufufufufufu...- Me quede serio mirandole fijamente. -No... me parece un precio demasiado razonable por lo que muchas gracias gran herrera Lizbeth-Fue lo que le dije para con un simple ademan hacer una reverencia y dar un paso hacia atras con la misma gracia de un caballero de alta nobleza de los que se cuentan en los libros de historias de fantasia.

Tras un paso de unos segundos me incorpore y me acerque muy rapidamente a a chica, le tome de la barbilla y le mire fijamente con una sornisa demasiado picara y siniestra. -sera mejor que una niñita tan hermosa como tu se cuide, no quisiera que un moustro deborara a este ser, sin que lo probara antes- Con un acercamiento rapido, pareciera que iva a besarle, pero de inmediato cambie de direccion y le di un beso en la mejilla solo para molestarle, Rika era demasiado divertida y comenzaba a gradarme, talvez despues pudiera usarla para un fin mayor mientras tanto todo esto habia acabado.

Despues de darle el beso me aleje lo mas rapido que pude, para irme por las escaleras despidiendome con un ademan de mano, esto si que fue divertido pensaba mientras me despedia. -Kufufufufufu nos vemos linda liz-chan- Me aleje corriendo por las escaleras, lo que menos desee fue que me alcanzara y me diera un golpee con una de sus barras de metal, por lo que sali de la tienda sin que la misma me alcanzara.

Era bastante simple el sistema de comercio. Similar a cualquier otro juego virtual, se desplegaba una ventana en el que se lograban distinguir dos mitades: Una superior que sería la parte de Rokudo y otra inferior que me corresponde. Ambos estaban llenas de casillas vacías esperando a que se colocaran los items que se deseaban intercambiar. Como directamente le hice entrega del mismo, no hubo necesidad de que colocara el tridente por lo que inmediatamente el chico introdujo la cantidad de oro y le dimos a aceptar apretando el círculo rojo.

Cuando se había completado la transmisión con éxito, mantuve una pequeña sonrisa mientras cambiaba a abrir el inventario y observar que el dinero se había ingresado en la cuenta de la tienda. Nada más acabar con la faena, los frívolos ojos del peliazul volvieron a clavarse en mi haciendo que por acto reflejo, retrocediera un poco la cabeza con una gota de sudor fría bajando desde mi frente- N-No hay nada que agradecerme -Tartamudeé nerviosa por aquella curiosa risa que seguía dándome repeluco- S-Solo hice mi trabajo -Cada vez que pasaba a mirarlo aunque no se tratara directamente a los ojos, un extraño escalofrío recorría todo mi cuerpo temeroso incluso llegando a que mis hombros temblaran por ellos solos.

Enfocando a observar como el chico volteaba con idea de subir las escaleras del taller e irse de la tienda, bajé la guardia en ese instante y sin esperarlo, volvió a situarse en frente mía y con aquellos coloridos iris sumamente cercas de mi cara, un colorido sonrojo decoraba mis mejillas ¡Dios mío! Había una cosa que se llama "Espacio Vital" ¿Acaso no a estudiado historia? Con la cabeza empezándome a calentar, me sentía completamente paralizada hasta que para mi alivio, hizo un último volteo y depositó el beso que iba en un principio a mis labios, a mi mejilla derecha. Acompañando el mirar con el girar de mis alterados orbes a ver la nuca del muchacho, apreté los dientes con fuerza y con el cejo fruncido, tenía ganas de matarlo- S-Seras... ¡IDIOTA! -Exclamando a viva voz, alcé mi diestra a tomar una de las barras de plata que estaba situada sobre la mesa de la habitación con la intención de arrojárselo a la cabeza si no hubiera sido tan rápido y hubiera abandonado el establecimiento, se hubiera llevado un merecido chichón- ¡LARGO DE UNA VEZ! -Era tal el rojo de mi cara que cuando arrojé el objeto a los peldaños de las escaleras, me dejé caer al piso con la espalda posada en la pared y llevándome una mano a la frente ¿Qué me había sucedido?- Maldito Rokudo... -Murmuré su nombre por última vez antes de ponerme en pie y seguir con el trabajo.