Misión - Secret Medicine of the Forest [Tora]

Una noche sin estrellas. La Luna brillaba en lo alto del firmamento, desplegando sus haces de luz blanquecina sobre la tierra de Aincrad. Hacía un poco de viento, ya que las hojas volaban mecidas por él, cayendo de las copas de los árboles en aquellas ocuridad nocturna. Situándonos otra vez en la ciudad Torubana, el joven de pelo oscuro con matices azulados y ojos violetas caminaba plácidamente por las empedradas calles buscando al siguiente NPC que le brindaría la oportunidad de realizar una nueva misión. Debajo de sus lentes, los ojos con un brillo característico se alzaban para admirar al astro reina que gobernaba en el cielo. - Me encanta disfrutar de una noche con unas buenas gafas de sol ... Es algo que no puedo resistir - Mostrando una sonrisa y unos blanqueados dientes, a la vez que continuaba su caminata buscando a la mujer que en un futuro le daría experiencia y oro. La encontró cerca de la fuente en la plaza central de la ciudad, vistiendo un traje carmesí que se ajustaba demasiado bien a su cuerpo. Abriendo el interfaz de su usuario, mantuvo una corta conversación mientras aceptaba la sexta misión. - Bien, acepto tu propuesta. Regresaré en cuanto esté terminada - Alejándose de la posición de la jovencita y mirando en el minimapa la posición de la zona donde aparecería el enemigo con el objeto a recuperar. No parecía una misión demasiado difícil, pero siempre es mejor ser un poco desconfiado en estos aspectos para no llevarse más de una sorpresa. No sería la primera vez que le dieran una patada por la espalda, cosa que desde luego no le agradaba para nada. ¿A quién le gustaría?

Continuó caminando por las calles de Torubana, saliendo por el arco principal hacia la periferia, hasta que al final se paró en la zona donde supuestamente aparecería el monstruo en cuestión. Era una pequeña parte de un bosque con alguna que otra carretilla de paja, sacos de harina y puestos de comercio cerrados. Acercándose a uno de los anteriormente mencionados carros, apoyó su cuerpo sobre este mientras que dejaba la mano derecha encima de su espada. Solo quedaba esperar a que apareciese su objetivo. Revisando las especificaciones de la misión, descubrió algo que no pasó en el Beta Test: el enemigo principal podía llamar a más de los de su especie para que le ayudasen en la batalla. Con un gesto de extrañeza, comentó. - Vaya, en la prueba Beta esto no era así. El enemigo venía acompañado de dos dos goblins verdes y dos limos - Cerrando el interfaz y cruzándose de brazos, suspirando y cerrando unos instantes los ojos mientras decía. - Aunque resolverlo de esta forma será igual de interesante, supongo - Deshaciendo el cruce de brazos y llevando su mano izquierda al mango de la espada para desenvainarla lentamente. Una vez que la hoja estuvo totalmente fuera de su funda, la alzó para observarla con sus gafas a través de los rayos que la Luna emitía. Pensaba desde un tiempo que necesitaría un arma nueva, puesto que para pisos superiores la Espada de Iniciación no le serviría de mucha ayuda. Pero tiempo al tiempo, no hay porqué adelantar acontecimientos que todavía no han llegado a ocurrir. Como bien dicen los sabios: "el pasado es historia, el futuro interrogante y el presente valioso". Por tanto, ya habría tiempo de preocuparse por la adquisición de una nueva arma conforme pasara el tiempo.

El momento de filosofar terminó cuando una nueva presencia apareció en el mapa. En el centro de la pequeña plaza donde se situaba el joven que admiraba su espada, un monstruo aparecía envuelto en un manto de datos blancos que contrastaban con el cielo nocturno. Dejando de apoyarse en la carretilla, el chico blandía su arma preparado para la contienda. - Por fin das la cara ... Ya me estaba cansando de esperarte - Dijo mientras sujetaba su espada con la mano derecha, adoptando una posición de combate. Ante sus gafas oscuras, el enemigo tomaba una forma viscosa que recordaba bastante bien: un mob de tipo planta. Su cuerpo gelatinoso podía alcanzar el metro y medio de altura, y era un adversario difícil puesto que su resistencia era demasiado elevada debido a su viscosidad. Carecía de ojos, y por el color que relucía su cuerpo, se podía adivinar que pertenecía a la clase de enemigos de tipo planta. Lanzando un corte horizontal al aire, como si diera inicio a la contienda, dijo. - Empecemos - Embistiendo al animal para atravesar su cuerpo con la espada, sacándola al cabo de unos segundos y esquivando un "mordisco" de su boca sin dientes. Dando un pequeño paso atrás, volvió a impulsarse para cortar al enemigo desde el flanco derecho. Chilló, y lo volvió a hacer una segunda vez tras una rotación que desencadenó un tercer corte descendente. De un último corte en diagonal, el monstruo exhaló su último álito de vida, no sin antes llamar a varios compañeros que me fastidiarían demasiado en aquellos instantes. Un grupo de tres mobs de tipo planta nacieron de la nada, preparados para vengar a su compañero muerto.

Los chillidos de los otros tres enemigos se fusionaban en uno solo, incluso haciendo que los tímpanos del chico de ojos violáceos se resintieran un poco. ¿Cómo afrontarlos? Con rapidez, por supuesto. Su espada se imbuyó de un brillo azulado, cargando su próximo ataque. Entonces dio un salto y cayó sobre el mob de la izquierda, cercenando su cuerpo de un solo corte. Interpuso la espada entre su cuerpo y la boca del enemigo antes de ser embestido por él, dejándose caer hacia atrás por el impulso para alejarse de ellos. Como hizo anteriormente, volvió a cargar su ataque imbuyendo la espada de aquel brillo azulado que volvía la hoja más fuerte. Pero esta vez no saltó, sino que se lanzó frontalmente hacia el hueco que habían dejado entre sí las dos criaturas. Y una vez que se encontró en dicha zona, giró sobre su propio eje lanzando un corte permanente y giratorio durante unos dos segundos, que terminó con la vida de los dos enemigos. Sin embargo, realizar ese acto requería bastante resistencia, por lo que terminó bastante cansado. Enfundó habilidosamente su espada y se acercó a los cadáveres para revisar los objetos que podían haber soltado al morir. - Pensé que no iba a acabar nunca - Comentó para sí mismo, a la vez que recogía de un cuerpo el objeto llamado Little Nepent's Ovule. Una vez que se puso de pie, retornó por el camino anteriormente recorrido para llegar a la plaza con la fuente donde se encontraba la chica de la misión, a la cuál se acercó para decirle. - Aquí tienes tu objeto, la misión está completada - Abriendo su inventario y traspasando el objeto de misión al NPC, la cuál le dio el oro y experiencia que se prometían en los acuerdos de la misión. Una vez que todo estuvo hecho, y tras una despedida corta, el joven que caminaba con gafas en plena noche desapareció en la oscuridad nocturna. El avance de su aventura iba a paso firme, sin mirar atrás, y cumpliendo con éxito todas sus expectativas.